Todos sabéis de mi relación amor odio con las galletas..... yo creía que lo tenía superado, que aquellos días de fracasos en el horno se habían acabado.... fijaros si estaba confiada que me propuse realizar esta receta con dos pinches de excepción, mi hija Iriria y su amiga Jimena, a la cual le prometí que un día vendría a hacer galletas y no se le olvidó jamás en la vida, vamos que las pocas veces que iba a buscar a mi nena al cole Jimena siempre me decía que si me acordaba que un día venía a casa a hacer galletas, así que aproveché para demostraros que San Valentín es para compartir con aquellos que quieres sin necesidad de que sean tu pareja, así que estas galletas serían para demostrar el amor de los hijos por sus mamis!!!, pero algo se cruzó en la receta y una vez más cuando llegó el momento de hornear volvió a ocurrir.....las galletas comenzaron a expanderse..... respiré hondo, no me lo podía creer, pero confié en que debía haber una alternativa y así fue, cuando las saqué la textura era similar a la de un bizcochito y se me ocurrió coger un cortador en forma de corazón y recortar pedacitos para conseguir las mini galletas que veis en la foto!!!!!
Aquí mis pinches cuando no sabíamos que se avecinaba la catástrofe!!! |
Galletas de arándanos
(Fuente: Wholekitchen)
220 g de mantequilla a temperatura ambiente
330 g de azúcar blanca
1 cucharadita de emulsión de almendras
340 g de harina de repostería (en mi caso 226 g!)
2 huevos
1 cucharadita de levadura
1 pizca de sal
75 g de arándanos rojos deshidratados (o cualquier fruto seco deshidratado que os guste)
Batimos la mantequilla junto al azúcar.
Añadimos los huevos de uno en uno y la emulsión de almendras, no paramos de batir hasta que se hayan integrado bien.
Separamos un cucharada de la harina y la mezclamos con los arándanos, reservamos.
En un recipiente, mezclamos la harina con la levadura y la sal, tamizamos sobre la mezcla anterior y batimos con un batidor de globo o con las manos.
Por último añadimos los arándanos enharinados y mezclamos con ayuda de una espátula, lo metemos en la nevera y lo dejamos reposar un par de horas.
Cuando esté fría la masa la pasamos a un papel film y le damos forma de cilindro, volvemos a meter en la nevera y dejamos reposar mínimo 6 horas (en mi caso toda la noche).
Precalentamos el horno a 180ºC y cortamos rodajas de aproximadamente 1 cm de grosor de nuestro cilindro, loas colocamos suficientemente espaciadas ya que se expanderan con el calor.
Sacamos del horno cuando los bordes comiencen a estar muy dorados y con esto digo casi marrón claro más que dorado.
Sacamos del horno e inmediatamente cortamos con el cortador de galletas que hayamos escogido. (y te puedes comer los sobrantes!!!)
Bueno con esto os dejo hasta la semana que viene, donde os enseñaré con que sorprendí en San Valentín a mis personas especiales!!!!
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